martes, 14 de octubre de 2008

Expansión.

EXPANSIÓN

Ideas de Expansión

Vivimos en un mundo en expansión. En todo lugar, alrededor de nosotros, las ciudades se disuelven en concentraciones de habitaciones que se esparcen fuera de lo que pensábamos como natural. El resultado es un híbrido del ser humano con el paisaje. Esta expansión es sintomática de la ruptura de todas esas estructuras combinadas, organizadas y conceptuales que alguna vez establecieron fronteras seguras alrededor de nosotros.

La expansión se organiza alrededor de lo que resulta atractivo, como monumentos de la nueva era incluyendo grandes centros comerciales, estadios deportivos y aeropuertos. La estructura de la expansión dice que las grandes autopistas y arterias viales toman cada vez mayor espacio, invadiendo nuestro sentido de movilidad natural.

Nosotros habitamos dentro de la expansión incrementando indiferentemente espacios como lofts. Lo que necesitamos para sensibilizarnos sobre el mundo no es el orden, sino la imaginación.

La expansión es la manifestación física de la modernidad

La arquitectura debe estar de acuerdo con la coherencia en el mundo que habitamos. Vivimos en una envolvente que cada vez se vuelve más difícil de definir o incluso ver que necesitamos la arquitectura para sensibilizarnos al respecto, para hacernos sentir en casa, para ayudarnos a encontrar un camino a seguir. Necesitamos la arquitectura para construir nuestra humanidad en un mundo en expansión.

La Expansión es la condición con que nuestros paisajes surgen cuando la distinción entre ciudad, suburbios y campo abierto, se disuelve. Nuestra cultura es una continua construcción de hechos que lentamente cubren el planeta. La expansión es el nombre de una nueva naturaleza, la envolvente y para quién debe ser construida.

Nuestras ciudades se disuelven en una alfombra uniforme de humanidad esparciéndose sobre la tierra. Cualquier sentido de un lugar genuino está cubierto con las construcciones temporales que hemos habitado desde hace medio siglo. Como resultado puede ser difícil mirar nuestra condición sin ninguna calificación de seria apreciación.

A veces pensamos que la expansión es mala, que devora nuestros recursos naturales, que hace que la gente se separe, destruye espacios públicos e incrementa el vagar lejos de casa, el trabajo y la tierra. La expansión reemplaza el paisajismo natural, o las granjas, o los bosques con muros con púas y desoladores rascacielos con el anonimato de signos y cajas que podrían contener cualquier cosa.

Pero tomemos un segundo vistazo: la expansión puede ser buena, quizá puede ser nuestro destino. La expansión es la manifestación física de la modernidad.

La expansión no es en sí un fenómeno que apareció de la nada como una expresión de la disolución de todas las estructuras en órdenes fragmentarios que continuamente se combinan y recombinan en nuevos collages

Temer el anonimato

La expansión tiene una forma. Nuestras ciudades no crecen más en círculos concéntricos y nuestros suburbios no siguen la lógica de los planos sugeridos. Ahora existen patrones reconocibles.

Estas formas pueden ser una reminiscencia de los patrones oscuros de los materiales bajo tensión; los paisajes sólo comienzan a emerger del caos o de órdenes tan complejos que están a punto de disolverse. Debemos tratar de entender esos patrones si vamos a sensibilizarnos sobre la expansión.

El más obvio orden es el temor y el anonimato. Reemplazamos rápidamente los muros de días pasados con divisiones y más subdivisiones, atendiendo a mantener fuera todas esas fuerzas, sean humanas o naturales, que invadirán el interior de los espacios que hemos construido para nosotros mismos. Hacemos las fachadas tan cerradas como sea posible y tan anónimas como se pueda.

En vez de ventanas, tenemos superficies reflejantes y solamente una cámara que nos permite mirar al exterior como un ojo. Los muros son adornados con fragmentos de elementos que usamos para unirnos con el mundo exterior.

Entre los muros de la expansión, los espacios crecen en cualquier dirección. Podemos reconocer los patrones de movimiento y propiedad que usamos para definir cómo habitamos el mundo. La geometría del orden y los caminos han dado pie a las curvas de subdivisión. Los caminos son tan largos que son ocasionalmente el elemento principal en nuestro campo visual

Se puede ir a cualquier intersección urbana y no encontrarse más que espacios sin edificio en las esquinas, sólo más espacio: Gasolinerías, estacionamientos tan largos que dudamos que podamos caminar por ahí y sitios que se destinarán como complejos de oficinas o centros comerciales y detrás de ellos, más espacio vacío.

Lo que nos recuerda el sentido de este sistema es la homogenización. Mientras la expansión puede ser homogénea, no está exenta de complejidad. Estos caminos contienen una relación de partes que (aunque no corresponda con nuestra noción de vencindario) ciertamente tienen lógica.

Autopistas y caminos

Los problemas de insolación social y devastación ecológica pueden ser endémicos más no sistemáticos. Si pudiéramos reordenar la expansión, tal vez podría funcionar. El verdadero problema es cómo no detener la expansión y usar esa composición, sus nodos y sus espacios con conflictos para crear un tipo de arquitectura.

Debemos construir un nuevo tipo de “hogar” en un nuevo tipo de locación.

Bibliografía:

1. Architecture Must Burn. Aaron Betsky, Erik Adigard. Ed. Thames & Hudson. UK 2000.

2. Formas del Siglo XX. Josep María Montaner. Ed. GG. Barcelona 2002.

1 comentario:

Dr. Acula dijo...

Buen ensayo colega.
Me gustaría discutir con ud. el tema más a fondo, a ver si se da la ocasión.